Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo

Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo

En el evangelio de Mateo leemos que Los Tres Reyes Magos "abrieron sus tesoros y entregaron a Jesús regalos de oro, incienso y mirra" (Mateo 2: 2).

Un día, mientras oraba en la capilla y meditaba en la guardería de Navidad, empecé a concentrarme en el viaje de los tres reyes, Melchor, Balthazar y Gaspar. Siguieron a una estrella, y encontraron al Hijo de Dios con María, su Madre. ¿Y cuáles eran sus regalos para este pequeño Rey Niño? ¡Oro, incienso y mirra! Oro, una ofrenda dada a Jesús declarándolo rey; Incienso, una ofrenda de reverencia por su Palabra; El que vino a cumplir las profecías de la antigüedad, la Palabra que vino a morar entre nosotros; Y mirra, una especia usada para embalsamar; Porque un día Jesús daría su propia vida por nosotros como un sacrificio, ser sepultado y resucitar a una nueva vida. Estos tres reyes hicieron un viaje para encontrar al Rey recién nacido. Sus palabras fueron, "¿Dónde está el niño que ha nacido rey de los judíos? Porque hemos observado su estrella en su ascenso, y hemos venido a rendirle homenaje?

El Papa Francisco escribió sobre el viaje de Los Magos, dijo: “Aquella estrella los cambió. Les hizo olvidar los intereses cotidianos, y se pusieron de prisa en camino. Prestaron atención a la voz que dentro de ellos los empujaba a seguir aquella luz –y la voz del Espíritu Santo, que obra en todas las personas–; y ella los guió hasta una pobre casa de Belén donde encontraron al Rey de los Judíos.”

Ruego que yo también pueda seguir esa estrella, la voz del Espíritu Santo, que continuará mostrándome el camino para ofrecer mi oro de respeto y debida adoración a Jesús, nuestro Rey, en la oración; Mi incienso que será ofrenda fragante de obedecer su palabra, aceptando los sacrificios que vienen a mi camino cada día, sin quejar ni ser de carga para los demás; Y mi mirra, eligiendo aceptar su misericordia por mis pecados por los cuales Jesús murió en la cruz.

Porque "... si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él" (Romanos 6: 8).

Sí, el mensaje del Papa Francisco trajo a la memoria las palabras del profeta Isaías leídas durante la época del Adviento; "... una carretera estará allí; Se llamará el Camino de Santidad; Será para los que tienen un camino para hacer "(Isaías 35: 8).

Doy gracias a Dios por el regalo de la Epifanía justo al comienzo de este Año Nuevo. Un recordatorio de que como Los Tres Reyes Magos yo también tengo que "hacer este viaje" y continuarlo a lo largo de mi vida hasta que me encuentre con mi Salvador y mi Rey, Jesús, el Señor.

Hermana Barbara Gerace, FSP

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